GENERACIÓN HONG KONG

 

GENERACIÓN HONG KONG

¿Cómo se sienten estos jóvenes que han nacido y crecido en el momento de cambio histórico en Hong Kong? ¿Cómo luchan y reivindican que se respete el acuerdo “un país, dos sistemas”, pactado hasta 2047? ¿Cómo se imaginan en esa fecha clave en la que la antigua colonia británica será totalmente absorbida por China?

Se sienten tristes e impotentes pero están dispuestos a luchar y pelear. No piensan quedarse de brazos cruzados ante un futuro que está por escribir y que aún no saben cual será. Ante la duda y la incertidumbre, las protestas son el nuevo plan de cada fin de semana. Tomar las calles ha sustituido la salida a las discos y cantar al unísono el repetido himno del movimiento, “Gloria a Hong Kong” se ha llevado por delante entonar los ‘hits’ del sábado noche. El uniforme de cada fin de semana incluye la ropa negra, los cascos, las máscaras antigás y los paraguas. Eso sí, aplicaciones como Tinder se siguen usando aunque, esta vez, con fines menos románticos. A golpe de match utilizan la aplicación para intercambiar avisos y datos detallados sobre las protestas y la ubicación de los lugares “calientes/peligrosos” por una intensa acción policial. “Debemos luchar por nuestras libertades y por los que han sacrificado sus vidas por la lucha, es nuestra última batalla”, defiende KinJ, un joven de 24 años que prefiere ocultar su rostro. Esta generación de “millennials” no está dispuesta a perder la libertad de expresión, de reunión, de prensa o de ir a una manifestación.

Más unidos que nunca, exigen 5 demandas, ni una menos (uno de los eslóganes de las protestas). La retirada completa del proyecto de ley de extradición, de manera irrevocable (primera demanda), la puesta en marcha del sufragio universal, para gozar de derechos democráticos plenos (segunda demanda), la eliminación del calificativo de ‘revuelta’ a las protestas y la amnistía y liberación, de manera incondicional, de los manifestantes detenidos constituyen otras de las demandas. También reclaman la urgente creación de una comisión independiente que investigue el abuso de poder (última demanda). Las 24 horas del día les acompaña el horror ante la idea de tener que vivir en un estado sin libertades y sin derechos humanos. Saben que muchos ya no estarán en Hong Kong en 2047, pero al menos sienten que deben intentarlo.

HONG KONG GENERATION

How do these young people that were born and grew up in the moment of historical change in Hong Kong feel about it? How do they fight and demand that the “one country, two systems”, agreed until 2047, be respected? How do they imagine that key date when the former British colony will be totally absorbed by China?

They feel sad and powerless but they are willing to fight relentlessly. They are not going to stand idly by in the face of a future that is yet to be written. In the face of doubt and uncertainty, protests are the new plan for every weekend. Taking to the streets has replaced going out to the discos and singing in unison the repeated hymn of the movement, “Gloria to Hong Kong” trumps singing the Saturday night hits. Weekend’s uniform includes Black clothes, helmets, gas masks and umbrellas.However, app such as Tinder are still being used, although this time for less romantic purposes. Swipe by swipe they use the app to exchange warnings and detailed data about the protests and the location of the “hot/dangerous” places for an intense police action. “We must fight for our freedoms and for those who have sacrificed their lives for the fight, it’s our last battle,” says KinJ, a 24-year-old who prefers to hide his face and use a pseudonym. This generation of ‘millennials’ is not prepared to lose their freedom of speech, of assembly, of the press or of going to a demonstration.

More united than ever, they have five demands, not one less (one of the slogans of the protests). The complete and irrevocable withdrawal of the extradition bill (first demand), the implementation of universal suffrage to enjoy full democratic rights (second demand), the elimination of the ‘revolt’ consideration of the protests and the amnesty and unconditional release of the detained demonstrators are other demands. They also call for the urgent creation of an independent commission to investigate the abuse of power. 24 hours a day they are horrified at the idea of having to live in a state with no freedoms and no human rights. They know that many will no longer be in Hong Kong in 2047, but at least they feel they must try.