A los que viajan_Mar Saez

Hace dos años que me trasladé a vivir a Madrid: dos años colmados de sentimientos contradictorios. Sentirme de aquí y de allí. Y, casi siempre, sentirme de ninguna parte. Dos años en los que el viaje se ha convertido en una forma de vida. Una etapa en la que he construido una memoria compuesta de retratos a sujetos complejos, de miradas perdidas. Desconocidos con los que he compartido tiempos muertos, de espera y de travesía entre ciudades: “los momentos en los que uno deja de ser” -como dice mi querido amigo Miguel Ángel Hernández.

En algunos instantes de nuestras conversaciones, las personas con quienes viajaba me revelaron sus vivencias, me hablaron de sus sentimientos e inquietudes. Comprendí entonces que lo que a veces nos parece único, individual y personal, quizá no lo sea. Que compartimos con el otro más experiencias y temores de los que imaginamos. Que habitamos un permanente espacio de incertidumbre. Tras tomar conciencia de esta situación, este trabajo se ha convertido en un pequeño homenaje “a los que viajan” y, sobre todo, “a los que sienten”.